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INTRO . Qué curioso resulta que un film tan liviano, y de tan marcado marchamo calmo, incorpore en su interior uno de los ejemplos de metalenguaje más ferozmente emocionante desde la ya más que centenaria singladura del medio. No dudo que este impagable largometraje, el único hasta fecha presente dirigido por el actor John Carroll Lynch (el esposo de Frances McDormand en "Fargo", por si alguien quiere ponerle cara rápido y fácil), suerte de panegírico audiovisual a mayor gloria de alguien tan por otro lado inolvidable como el sin par Harry Dean Stanton, dividirá a los espectadores por perfiles y de forma harto tajante además... Para los fans/simpatizantes/conocedores (etc) del famoso intérprete, estamos ante una pieza de reposteria casi imposible. Un lugar (metafórico) donde despedirse con los nervios a flor de piel de ese entrañable, querido y desgarbado tipejo que caminaba por el desierto, tampoco hace tantos años, debajo de una ya legendaria gorra roja y oteando en lo alt

INTRO . Mucha expectativa la generada por este film. Demasiada a decir verdad. El estreno de Eggers, "The witch" (2015) -ya repasada en este lugar-, fue un contundente puñetazo en la mesa para el género (fantástico) hasta el punto de, por formalidades y modismos, trascender al propio nicho (fantástico, otra vez) donde a priori debiera haber quedado encajado para siempre y sin mayores fastos. Desde ahí, y aprovechando todo el mundo el dispendio de información que rige desde ya hace años, la forma en que se ha fraguado la continuación de dicho estreno ha sido algo perseguido sin tregua ni medida alguna. Desde la primera ecografía y hasta hoy. Cuestión que, además, se ha ido viendo reforzada por el hecho de que ésta "The lighthouse" ha ido arrasando en todo festival se le cruzase con un consenso, como mínimo, sorprendente. Para crítica y público además y antes -o incluso bastante antes- de su estreno oficial (aprovecho para mencionar que ocurrió ello en otoño en lo

Tras unos días de recreo en FB, jugando a poner cada vez una imagen con el cartel que tocase de justo lo que reza en título de entrada, turno ahora para vestir ello aquí de largo. Por supuesto, reconocer antes de nada que no fue precisamente la cosa tan fácil como pudiera parecer de primeras... Qué hubo un trabajo de criba previo de lo más jodiente y sangrante, no se dude. Ya lo comenté en algún otro lugar pero, de verdad, se dan ausencias que es como para irse a llorar a una esquina y, del mismo modo, sorpresas altamente inesperadas (y aunque sea, mayormente y por obvio resulte a la postre, porque hay temporadas más suculentas que otras en lo que a títulos de peso refiere). Sea como fuere, ya hay previsto (si fatums y arrojos acompañan un mínimo) una serie de "ausencias dolorosas" que, de un u otro modo, se irán señalando convenientemente, en aras de la justicia y -sobretodo- de poder dormir uno por la noche tranquilo. Finalmente, como ya habrán adivinado algun@s tras un s