CINEAÑADAS : 1960
Qué estaba de parranda... O "I've been tired", sin más, que cantaban los Pixies y para el caso viene a resultar lo mismo. Se regresa a lo grande, eso sí al menos, con un pedazo Cineañada de las de enmarcar a doble tachuela. Y no por la pericia de uno en el postear, obviamente, sino por las puras barbaridades de improntas que nos oferta el mundillo del arte séptimo desde aquel 1960. El cine yanqui sigue mandando, como siempre, a nivel de grandes producciones mientras se prepara para la explosión pop que regirá durante la década que se estrena y, por mera lógica estadística, ofreciendo grandes referencias pero, -y muy bien por ello-, el espectro a estas alturas se ha abierto lo indecible... Grandiosas referencias - en calidad y número- desde el cine europeo (Maestros del asunto en apogeo, es de cajón), así como un empezar ya definitivamente ese girar cuellos a otros rincones del orbe por parte de un público (no mayoritario pero ya significante), hastiado quizá de ver un tipo de cine predeterminado de manera, quizá igualmente, algo abusiva... Volviendo a la chirigota que hoy nos ocupa dejar muy claro que, cómo no, por un tema de indisimulable majadería por parte de quien suscribe, que en cierto momento decidió dejar este tipo de entrada en un recurrente Top-10 (para no eternizar y tratar, aún contra natura, de ser lo más sintético posible), se pierde ese destacar como procede una serie de títulos indispensables (o cuanto menos interesantes o/y renombrados) en aras de respetar la decena apuntada... En fin, agarrarse un@ a donde se pueda al repasar las brutalidades que me han quedado fuera (o ante portes -y así a bote pronto, sin excavar en exceso-) para el listado de 1960: "La dolce vita" (Fellini), "Cimarron" (A. Mann), "Espartaco" (Kubrick), "Una mujer marcada" (D. Mann), "Otoño tardío" (Ozu), "Tres vidas errantes " (Zinnemann), "La aventura" (Antonioni), "El esqueleto de la señora Morales" (R.A. González), "Nunca en domingo" (Dassin), "La joven" (Buñuel)... Y todo eso, se insiste en lo del "bote pronto", sin contar con el apartado "descuidos flagrantes" (que ni pensar quiero ahora en lo que ha podido quedar ahí).
10. "Éxodo" (Preminger). La pega evidente de este film reside, y desgraciadamente pinta que cada vez residirá más, en ese imprescindible trabajo mental y previo, por parte del espectador, consistente en evitar valoraciones histórico-políticas a fin de disfrutar de la intachable factura que el maestro Preminger genera durante las tres horas y media de metraje. De lo contrario, y a pesar de que el director de "Laura" suavizará cargas políticas desde el guión (de Dalton Trumbo) basado en novela ajena, conceptos como "propaganda" o "panfleto" pueden despistar a más de uno... Soberbios Newman (a pesar de alguna arengada de más y a calzador que le hacen decir) y Lee J. Cobb (que está de lujo hasta en los anuncios de sopicaldos), algo insulsa la Marie Saint (como siempre, para mi) y muy bien el resto de secundarios con Lawford al frente... Aunque, es de recibo admitirse, quizá quede todo eclipsado por el papelón de Sal Mineo, una banda sonora de las de caerse y el hecho de que Preminger insistiera la de dios para que Trumbo (el Elvis de los blacklisted de McCarthy) guionizara el folletín... Cuenta la leyenda que ello animó a Douglas para hacer la misma jugada con su "Espartaco" e incluso se puede leer, en más de un lugar, que és aquí donde se debe ubicar el auténtico principio del fin para la infame Caza de Brujas de marras.

08. "Tirad sobre el pianista" (Truffaut). Por muchos -magistrales y dramáticos- "golpes" que dejara a modo impronta el reputado cineasta (y fan/erudito del cine a la par) francés, lo cierto es que es un artista al que siempre valoro con cierto plus de empatía (por así llamarlo) por la mera razón de haber realizado uno de los arranques de film que más me gustan de siempre para su inolvidable "noche americana". En verdad siempre pienso que ese asociar Truffaut sistemáticamente al drama ningunea varios puntos la pericia y diversidad del autor... Para el caso éste, su segundo (y, para mi, infravalorado -así en general-) largometraje. Sea por un tema de hipersutilidad o exceso de mimetismo se pierde quizá, o en parte al menos, esa especie de sátira del noir clásico yanqui que se propone y se logra (si se interpreta como "cine negro" sin más nos perdemos el significante real de la obra, amén de quedar el todo resultante en algo más "ligero" o "correcto sin más"). La onda expansiva del eternamente reverenciado estreno que precede en el opus del realizador parece haber condenado para siempre a ésta, su brillante y plausiblemente distinta, continuación a una relatividad que, para quien suscribe humildemente y tal, ni es justa ni procede. Menos de hora y media de festival donde se intercambian géneros con una facilidad que acongoja (y acojona) y donde, cómo no, parece que nada pase cuando no paran de pasar cosas. Muchos applaudissements al auteur, desde luego.
07. "El fuego y la palabra" (Brooks). O cuando Richard Brooks le regala a Lancaster el papel dramático de su vida (sí, para mi por encima incluso de las emblemáticas composiciones que el ex-circense artista bordara en "El gatopardo" o "El hombre de Alcatraz", entre algunas otras selectas). Y aunque Arthur Kennedy y Shirley Jones realizan roles secundarios de enjundia, está claro que la respuesta que el protagonista encuentra en la siempre perfecta Jean Simmons (aún con hábito a la "angel face" no me la toca ni el Tano) no hay cuartos para pagarla. Tremendo varapalo a la fe (de cualquier índole al extrapolar) que queda aquí retratada y vulgarizada con atinada mala uva... Sea quizá por ese coincidir en el fondo con lo dispuesto (de siempre que, por ejemplo, lo del rebaño y el pastor me parece ya el mearse en la cara de la gente, pero eso aquí no toca, perdón) y el arrojo -y auténtica y cochambrosa humanidad, si se analiza- del rol de Burt que se sabe subrayar por esa subtrama negroide del farsante que debe descubrirse -muy bien Kennedy, se insiste, que fue bastante más que el colega de juergas de Marlon y Monty- el cocido final me parece una siempre apetecible revisión sin espacio a fechas de caducación que valgan. Lo de traducir "Elmer Gantry" de esta forma en nuestras latitudes queda para el interminable coleccionable a colación de este tipo de "prácticas", claro.
06. "Al final de la escapada" (Godard). No es mala manera de estrenarse en esto de los largometrajes pensaría el inquieto realizador cuando Truffaut (de nuevo él) le prestó esta historia de pasados turbios que vuelven para pedir la cuenta... Eso sí, el "cómo" ya es/fue cosa suya. Odiada e idolatrada hasta el paroxismo, tiene esta película fieles que se perderán forever en esas "rupturas de raccord", esas cuartas paredes pateadas sin previo aviso y, en resumen, sus mil y un trucos visuales-narrativos (de la misma forma, atención, no hay quien se corta un pelo a la hora de hablar de "pedantería visual" o "chapuza sin sentido", o/y similares). En cualquier caso, creo que su posición en este listado de hoy deja claro donde, a su vez, se y la posiciona quien suscribe. Y es que más allá que a la Seberg és para quedársela mirando hasta el fin (y no solo porser guapa hasta el berreo, conviene aclarar) y que Belmondo confecciona su cachondo-canalla-bon vivant como una sátira imposible de ese Bogart al que idolatra en el film, el tema regala una frescura y descaro difícil de olvidar (siempre para quien congenie, si). Buena soundtrack de giros jazzísticos (recurso muy usado por "los vecinos de arriba" en aquellos años) y una Paris fotografiada de postal para remachar, ojo ahí, y ya tenemos el asunto perfilado para ser finalmente lanzado a la posteridad en uno de esos debates (Godard y su arte -íntegro y/o por partes-) sobre el que más se ha leído y escuchado en esto del séptimo arte. Véanla/recupérenla sin prejuicios.

04. "Rocco y sus hermanos" (Visconti). CINE, mayúsculo y en la fuente más gigante que puedan encontrar. La madre de todos los melodramas que dejara aquí impreso en mármol Don Luchino. Una familia que huye unida del ámbito rural para ser progresiva y fatalmente destruida sin miramientos por esa urbe que, en principio, debió haberles protegido o, cuanto menos, permitir una mayor facilidad de subsistencia que, obvio, jamás llegará...Y claro que no cometeré la herejía de obviar la inmortal partitura de Rota, estaríamos buenos. La mala vida en los bajos fondos, el boxeo, las mafias domésticas, la prostitución, la imposibilidad de atisbar un mínimo y cierto futuro... La desgracia, en síntesis, se adueña de las vidas de los personajes. Así por la (hasta estúpida) bondad desmedida del propio Rocco, la incapacidad congénita de otro o la brutalidad y falta de luces del de más allá (y con el resto de "alegres" roles secundarios en danza), el tema adquiere, finalmente, un tono afín al de un enorme castillo de naipes que vemos caer, sin remisión posible, en sangrante (pero hipnótico) slow time. Aplauso a todo el cast, por más o menos famoso sea, por cierto (y con sobreactuaciones -"que haberlas las haylas"-incluidas, qué cojones), casi tan fuerte como esa retranca final y maestra del gran Visconti dejando una brizna de esperanza en la figura de ese hermano pequeño que quiere regresar al punto de partida... Si analizamos en conjunto, y en efecto, el concepto "toque maestro" se inventó para detalles de este tipo.
03. "El manantial de la doncella" (Bergman). Mi film predilecto de este realizador que, como Kafka o Platón, lograra hacer de su apellido admitido adjetivo doméstico. Todo un qué, desde luego, a tenor de sellos, fresas y toda la -generosa- colección de reivindicables, más o menos evidentes, que el más erudito quiera o pueda aquí recordar. A Bergman se le puede recurrentemente acusar de hacer abuso de la tragedia adherida al ser humano y sus circunstancias, así como de esa necesidad de querer (frecuentemente) trascender ya desde los mismos títulos de crédito...Y todo son impresiones más o menos respetables, claro. Pero, según lo entiende uno, és al separar forma y estilo de este ente creador, único me atrevería a decir (y que sin duda és, nadie se engañe en solitarios), cuando vemos su arte brillar como debe y procede. Eso, sea por las limitaciones intelectualoides de servidor, porque hoy es jueves o vaya usted a saber, me hace tan estimable este pedazo de largometraje. La historia , suerte de desgarrado cuento medieval con crímenes y castigos de por medio que riánse ustedes de lo del señor ruso aquel (bueno -corrijo-, no lo hagan, pero nos entendemos), está perfectamente clara y perfilada. Desde ahí, ver como el realizador construye su lectura propia, ver crecer sus matices y detalles, da claro (con bien poco parangón en su obra) testigo de lo que és, o debiera ser, un "autor" digno de figurar en la historia como tal. Visualmente preciosa, sin olvidarse de respetar el cuento/cantar clásico que és, con alguna secuencia de esas que se quedan con uno ya para siempre y, obviamente, una maestría de puro evidente que sabe jugar (de forma ex profesa) con la austeridad de medios, puede que estemos (no sin cierta prudencia al afirmar tal cosa) ante el Bergman más "accesible" de siempre... Y maldita lo que me importa. Ah, y tampoco busquen casas de enanitos en ese bosque, claro ... Y el encontronazo entre Odín y Dios qué poco que importa al final en realidad (que se acaba en el mismo y vengativo lugar)... No, si al final va a ser un genio de verdad y todo este señor...

01. "Psicosis" (Hitchcock). -ver reseña de la casa, o no, aquí-. Ya no sé que escribir más sobre este film... Mi predilecto de un hombre que junto a Lang, Wilder y Kurosawa completa mi póker de realizadores intocables, de mayores ídolos habidos en lo suyo... Y mira que tiene el británico films que me gustan (sino más que ningún otro por ahí ronda) pero, con todo, "Psycho" es especial... Qué se carga a la prota en el minuto 40 por el amor de dios (!!). Y pega después el bandazo más descomunal que se puede ver adherido a argumento alguno on screen... ¿Cuántas películas han visto en que muera el único protagonista claro de esta forma, donde el realizador nos abandone a nuestra suerte de esta manera ("pero... ¿ahora qué coño va a pasar?")?, además eso... de ESTA manera... De verdad que es para visitar al hipnotista de guardia para que nos haga un reset mental que nos permita olvidar las cosas de forma selectiva y poder ver "Psicosis" por vez primera una y otra vez hasta el fin... Y disfruto horrores con ventanas, pájaros, encadenados, sombras y demás (nadie lo ponga jamás en duda), pero humildemente y para uno, la experiencia vital de ver "Psicosis" por vez primera... Buff, momento de la vida total. Mejor les remito al enlace de arriba y me aparco ya... Aunque, eso sí y ya al fin, conviene aclarar que estamos ante un film top-5 de la vida de uno (ésta, "M", "El tercer hombre", "Rashomon" y "La noche del cazador" son los cinco mejores films de la historia -esto es así y punto guzzero-)... Que la madre que lo parió a Don Alfredo, sí... y también la que parió a Norman, claro.