BIRDMAN O (LA INESPERADA VIRTUD DE LA IGNORANCIA) (2014)
INTRO. Siempre a la última en el mundo del cine en este espacio, es un honor hoy "atacar" el bastante cacareado penúltimo film de Iñárritu: "Birdman o (La Inesperada Virtud de la Ignorancia)"... de hace un par de años. Como tantas veces dejo ya de entrada una impresión general de lo que me parece el artilugio a tratar, a fin de que aquellos/as con mayor reestricción de tiempos y espacios puedan seguir con sus quehaceres como si tal cosa: muy bien, joder, Iñárritu, pero qué muy bien (y sigamos). Cuando alguien, un artista u ente creativo que puede pasar por tal, se marca una disgregación personal del modo o, lo que en definitiva es lo mismo, ataca sin miramientos los convencionalismos estructurales habituales del medio corresponda, el asunto se me asemeja siempre al consabido "melón por abrir" llegada la hora de echarle guante uno por vez primera (y por mucha información o opiniones variopintas medien o precedan, si). Y es que el margen de satisfacción o disgusto restante, con este tipo de proceder, es algo de imposible calcular. Lo de la "apuesta personal" y el lógico maniqueísmo a derivar del "me encanta/lo detesto". De ello, extrapolable siempre a la visión de quien proceda, he podido extraer majaderías superficiales, muy calculadamente dirigidas a un tipo de personal muy concreto (y que siempre habrá), como la chalada de la Bjork cantando desde dentro una cueva o, también, el tramposo y artero de Solondz con sus películas huecas de contenido y que solo buscan epatar de la forma más rimbombante posible... En ejemplos a la contra, disfrutaré siempre con el discurso musical tan curioso (y adictivo) de los siempre añorados Morphine o, igualmente, aplaudí a rabiar y sin reserva asome, la fantasía, sin cuidado en medidas (y bravo por ello, aquí), de Jonze y aquello del "Cómo ser John Malkovich"... Cuestión de gustos. Cuando uno enarbola desde la premisa-base propuesta, y sin disimule valga, lo de: "aquí lo importante es más como te lo cuento yo que lo que te cuento en si", ya es un poco a lo que se viene a jugar (por todos), está claro. Y sintetizando, retomemos el hilo de paso, a Iñárritu (como ya pasó en aquellos "Amores perros") lo de éste "Birdman" le ha quedado de tremendo para arriba, al menos en los bagajes propios. El truco, que eso no falla, en los matices... Para el caso: unas interpretaciones crudas y sin mácula se cruce, capitaneadas por posiblemente el mejor actor protagónico que haya asomado nunca al mundillo superheroico hasta día presente.
"SINOPSIS PRESTADA". Después de hacerse famoso interpretando en el cine a un célebre superhéroe, la estrella Riggan Thomson (Michael Keaton) trata de darle un nuevo rumbo a su vida, luchando contra su ego, recuperando a su familia y preparándose para el estreno de una obra teatral en Broadway que le reafirme en su prestigio profesional como actor.
A FAVOR. La propuesta visual del realizador, o el dispendio en plano secuencia con cámara en la chepa de los actores y sobre el que tanto se ha dicho y leído ya, te lleva de la mano (de comulgar, obvio) durante las casi dos horas de metraje sin problemas. Tiene, además, este cineasta aquí la virtud de incrementar o disminuir la intensidad de ello según el pasaje a tratar, sin que casi nos percatemos de ello (esa "cámara nerviosa", que casi parece dar botes, cuando Keaton se encabrona o está especialmente alterado -véase las discusiones con el rol de Norton o la popular escena cuando tratar de regresar al teatro-, queda muy alejada de su fluidez en los suaves movimientos de los "momentos yoga" -por ejemplos, todo ello-). Esa gracia, por así llamarlo, por implementar en no pocas ocasiones el objetivo y movimiento de cámara al estado de ánimo (el que toque) del protagonista me resulta, más que seguramente, uno de los grandes activos de éste largometraje. Otro, también sin duda, es el que ni todas las cucamonas habidas en dichos movimientos, y demás ardides técnicos, logran sofocar que, básicamente, estamos ante un "film de actores" (como por otro lado conviene esperar de una película que tiene el mundo del teatro, más que bien anclado y omnipresente, en el contexto de fondo). Y aunque el destacar a uno de los secundarios será pecar (y mucho) por omisión, me parece de recibo hacer lo propio por ese ejercicio de metalenguaje reservado también al ya mentado Norton (que lo de Keaton no es lo único aquí en este sentido) y su insufrible diva que al entrar en conflicto con el rol principal nos regalan los momentos más cómicos/patéticos del tema (es conocida la fama de "tocacojones total" en los sets de rodaje por parte del protagonista de "American History X"). Lo que nos deja ya únicamente por abordar, y obviando (que ya es obviar) la pericia del guión a varias manos, la soundtrack habida o la dirección de fotografía del habitual -de Iñarritu- Emmanuel Lubezki (mucho ojo y respeto a este tipo), el papelón de un desatado Michael Keaton... Que, al contrario que film, realizador, guión y fotografía, se quedó sin Oscar en "lo suyo" (la Academia prefirió dárselo a una niña de trece años con aspecto enfermizo), pero, miren... Casi que me alegro (una "Academia" que premia el "trabajo actoral" de un engendro insufrible como la Bullock, o nomina a un mueble esquinero como Damon, no creo yo merezca mucho respeto -así en general y más concretamente por su nula fiabilidad a la hora de ponderar la calidad de ese "trabajo actoral" on screen-, según lo ve uno). Grandísimo trabajo, y elaboración de personaje, el de este portentoso actor que se tira a la espalda el peso del film con una facilidad pasmosa y pasmante a la par y del primer al último de los minutos... Como siempre, vaya (otra cosa es el nivel de acierto -más bien regular- a la hora de escoger roles, pero la calidad, con Keaton, me parece a mi más allá de toda duda)... Además quedaría también todo el tema del mentado "metalenguaje" por la parte que a él le toca (que "És Batman", claro) ... Pero tan obvio y largo a la par sería ello que ni empiezo dado que, más allá no sé, pero de noche se nos hace fijo.
EN CONTRA. Las pamplinerías con las explicaciones/cábalas mil de ese "final abierto" que se pueda encontrar el personal por las redes... Nada, ni caso hagan. Dicho final está bien como ha quedado y su -tan plausible- ambigüedad es lo que, precisamente, le da el valor... Esto no es Nolan o Shyamalan... Es cine del bueno, no una excusa para comer palomitas en un sitio oscuro entre "ohs" de sorpresa (otro día si eso ya les explicaré porque Shyamalan -excepto en "The village", que siempre defenderé la teoría gratuita del "esto tan bueno no puede ser suyo, no jodamos"- debiera haberse centrado en la tv que lo del cine le queda pelín grande, o también, porque Nolan es un puro envoltorio de formas, resultón meramente a un nivel blockbuster y en el mejor de los casos, sin más).

GUZZTÓMETRO: 9 / 10