LA BALADA DE BUSTER SCRUGGS (2018)

INTRO. Como ocurrió hace unas semanas, al referirnos aquí a la "Roma" de Cuarón, dejo claro de entrada que todo el debate, con sus casi incontables aristas, sobre este "nuevo cine" en el que plataformas televisivas digitales se lanzan a producir cine de y para realizadores/intérpretes con renombre, se aparca para otro día (y con su entrada explícita y concreta para con el particular en cuestión). "La balada de Buster Scruggs" es, vamos ya al tema y atención, el decimoctavo film de los Coen, nada menos. Los Coen... Qué fan que era, y que soy, pero ya no -nunca más- de forma incondicional desde hace un buen número de años (coincidencia o no se cruzó Clooney en su camino, nos enseñaron que eran "falibles" y, de alguna forma, el hechizo se rompió para ser su cine carne, como el de cualquier otro Julián, de análisis objetivo -siempre ello en la particular manera y limitadas posibilidades de quien les escribe-). Nadie duda de la parte formal que aplican los Coen a su narrativa visual, siempre serán gigantes en ello, pero el primer film con Clooney (tras Fargo y Lebowski) ya fue un primer aviso. Remontaron enseguida con "El hombre que nunca..." (que de hecho era la que tocaba por agendas antes de cruzarse el protagonista de "Urgencias" en su camino -contra el que no tengo nada especialmente en contra... pero, miren, ha tenido "la suerte" de protagonizar sus peores referencias), pero "Ladykillers" y, muy especialmente, "Crueldad intolerable" (el punto más devastadoramente bajo de su carrera -seguido de cerca por "Hail, Caesar"- al abordar su filmografía hasta día presente) ya fueron una toda señora hostia irreparable y del muy señor nuestro... Por supuesto, los hermanísimos unas pintamonas tampoco vendrían siendo, y ya (que está pasando) sus obras con menor consenso general gozan de cierto revisionismo y aún a pesar del tan poco tiempo transcurrido en determinados casos... Cuesta defender la trilogía "crueldad-ladykillers-caesar" (porque eso no hay casi por donde agarrarlo, básicamente), pero sus otras referencias "menores" empiezan ya a revalorizarse en foros y forillos por doquier. Esto es así. Y, volviendo al fin a la senda principal de la entrada (y siempre desde la perspectiva de la persona que alucinó todo lo alucinable con cada nuevo estreno desde "Muerte entre las flores" hasta las andanzas del Nota), cabe señalar que el film que hoy nos ocupa, aunque alejado de sus grandes cimas pretéritas, es con el que más me han llevado de huertos desde la ya mentada "El hombre que nunca estuvo allí"... Del 2001... Dieciocho años que les ha llevado, nada menos. Y por gentileza de Netflix, además. Acojonante como poco, Mari Carmen.

SINOPSIS PRESTADA. Antología de seis capítulos, cada uno enfocado desde una perspectiva distinta con respecto a la frontera norteamericana y a los peculiares personajes que habitan en sus alrededores. Cada parte cuenta una historia distinta basada en las convenciones del Lejano Oeste de los Estados Unidos. (FILMAFFINITY)

A FAVOR. Para hacerlo, intentarlo al menos, lo más fidedigno posible iremos parando en cada una de las seis estaciones que componen el trayecto (y esta frase me ha quedado tan inexcusablemente rijosa que la dejo tal cual porque se lo ha ganado). Antes de ello, únicamente, aplaudir una nueva banda sonora perfectamente a juego del fiel Sr. Burwell y, del mismo modo, lo bien resuelto de las ilustraciones del libro inventado para la ocasión, oficiando de recurrente entreacto (y reforzando a su vez ese volante de "antología" o libro de cuentos al que se debe, mayormente, la propuesta al abarcarse ésta como un todo). Sin más, y apoyándome en breves textos descriptivos (hoy levemente aumentados) que compartí  hace ya varías jornadas en alguna red social...

1. "The Ballad of Buster Scruggs" (absurda y exagerada a más no poder pero muy cachonda). Tal cual. Puros dibujos animados al más puro estilo "Arizona baby". Su descacharrante tono hiperbólico, tan autoconsciente (para bien), nos deja digerir sin problemas lo que propone. Los duelos al sol y el par de "chuladas" de cantina (como si el guión de Lucky Luke le hubiera caído en las manos al Carpenter más gamberro), arrostan con cualquier "pero" se pretenda argüir. (7/10)
2. "Near Algodones" (comedia negra resultona pero sin visos claros de perdurar). Curiosamente la "gran risa" del lote está  también en su segmento menos memorable (y además aquí se termina la comedia propiamente dicha para lo que queda de film). Sin dudar en los valores estéticos del proto-ahorcado sobre el caballo y que, de verdad lo pienso, el puñetero de James Franco me parece un muy buen actor, se nota (o percibo yo para el caso)que son un par de ideas abruptamente hilvanadas que,seguramente, daban para enriquecer una historia mejor pero no (lástima) para nutrir una sola y diferenciable por si mismas. (5/10)
3. "Meal Ticket" (depresiva e incompasiva pero con una fuerza incontestable). Memorable en cualesquiera de sus planos. El menos amable y ánimicamente devastador de los peajes es también una de las cimas estéticas de todo (y, atención, escribí "todo") el cine de los Hmnos. Coen. Como si el spin off más cabrón e inesperado de cualquier secundario random desde un cómic de Blueberry le hubiera caído en las manos al primo gótico de Twain. Pura poesía y sí, permitámonos una media sonrisa por esta vez (qué cojones), el sombrero sigue volando entre la hojarasca del bosque... Aunque en menor proporción, todavía "lo tienen". (10/10)
4. "All Gold Canyon" (pura poesía londoniana con un Tom Waits inolvidable). Aquí ni intentaré ser objetivo... Soy tan fan de Waits que aparcar empatías me resulta del todo imposible. Si además nos enfrentamos a una plasticidad visual tan bestia, pues ya a qué darle más vueltas al tema (impresionante como logran hacer de este rincón, a priori idílico, del mundo un escenario indisoluble de la acción y, también, la ingente colección de planos de poster que hay por aquí dispuestos). (10/10)
5. "The Gal Who Got Rattled" (gran desenlace -con la mejor acción rodada del lote- pero también sin duda la más tópica). La que más larga se me hace. Hasta ahora hemos cubierto los duelos a pistola, los atracos a bancos (y ulteriores linchamientos), cierto tipo de costumbrismo poético y, cómo no, la fiebre del oro... Le toca al "mundillo de las diligencias". Y, con ello, a la parte con menos potencial expresivo de la colección (si prefieren, en la que menos se nota su particular mano durante más tiempo de metraje). La cosa, como ya he señalado, se equilibra al final con holgura y ese momento de acción tan inesperado como brillante pero antes, se insiste y póngamos, no te lo has pasado tan bien... (6/10)
6. "The Mortal Remains" (la predilecta personal, ensoñación entre lo inquietante y lo ridículo donde lo fantástico se evidencia sin subrayarse... Toda una debilidad que me devuelve parcialmente a los tan añorados pasillos de Barton Fink -mi obra elegida coeniana de tener que quedarme con una y solo una, conviene señalar-). Poco por añadir. Me encanta este recurso narrativo donde lo fantástico es un sombra que genera inquietud en continuo crecimiento pero sin llegar a cristalizar de forma claramente tangible... Algo así como un (con su permiso) "colchón del mal rollo" sobre el que se sostiene el relato principal y evidente. O lo de la atmósfera ominosa que decía Lovecraft, si prefieren,  aunque sin bichos y al tran-tran del carruaje. Perfecto todo para mi y en cualquier caso. (10/10)

EN CONTRA. Como en toda obra por capítulos autoconclusivos, aunque sea con temática iterante (llámenle "antología" para la ocasión, si están más cómodos) y desde que el mundo es mundo, la irregularidad asoma. Imposible, irremediable escapar de ello por propia naturaleza de base. Con todo, el nivel medio de esta balada coeniana es lo bastante elevado para que al final, en el recuento fractal postrero del asunto, el todo alcanzado se asente en lo notable con relativa facilidad y firme solidez. .. Y sí, vale, la segunda historia es, y aún a pesar de su tan tremebundo como fugaz momento de comedia absurda, más floja que el resto. Pero encaja bien, qué narices, y su tono más liviano nos prepara al fin y de alguna manera para todo lo que vendrá...


CONCLUSIÓN. A pesar de lo arriba descrito "en contra", no deja de resultar curioso que este film encuentra también su mayor bendición en, a su vez, su mayor pena...  Sí, por lo ya explicado, es irregular y no hay porqué negarlo o discutirlo con pistolones al amanecer. Pero, de igual forma, logran aquí los Coen una agilidad, una inmediatez, que vuelve a caminar (y ya era puta hora, con perdón y permiso a la vez) de la mano con su tan ubicable estilo. Su disposición segmentada logra que no se llegue a deslavazar de pleno, a caer en ese "autopilot" en que  veces parece incurrir su cine neomilenario, sin que el ancla de lo autoparódico cuele o su avasallamiento de estilo nos haga reprimir algún que otro bostezo traidor... Con el cine de los Coen post-Nota hay que empezar a tratar ya los siempre ambiguos y tópicos "aciertos parciales" más que aplaudir obras completas perse (a excepción quizá de "A serious man", en las cuentas propias), esto es así duela menos o más (y el argumento -con la variante en modos que prefieran- del "ya los conocemos y han perdido el factor sorpresa", es un chiclé que se puede estirar sólo hasta cierto punto). Bien, sin auparse de lleno "La balada de Buster Scruggs" al nivel de su insaltable pentalogía que nos lleva de su tercer a su séptimo film, sí me parece que debe posicionarse en lo más alto de ese segundo nivel de obras coenianas que, sin habitar en la excelencia, sí terminan por hacerlo (y sin dobleces ni media tintas) en lo claramente recomendable. En síntesis: sus mejores momentos son tan magníficos (y mucho más que suficientes en número) que nos harán olvidar algún que otro pasaje lánguido concreto que, por supuesto, también se da.

GUZZTÓMETRO: 8 / 10

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